Analizando detenidamente el mundial podemos observar como se configura el nuevo mapa de ganadores y perdedores a escala planetaria. Las potencias opresoras como Alemania, Francia, Estados Unidos apenas logran empatar o cuando no perder, cual obrero explotado sin conciencia de clase.
Por otro lado, los oprimidos como Uruguay, Argelia, Nigeria, Argentina, Ghana, logran triunfos de carácter vanguardista y contra-hegemónico que emulan la gesta de la Comuna de París o la lucha de los obreros contra Kraft.
Ante este panorama redondo se verifica, una vez más, que la revolución es permanente. La FIFA imperialista, con sus embates que empresarios poderosos manejan a discreción, no logra detener el avance de la lucha.
La llegada de la revolución es inminente, y lo mejor es que se la puede ver desde casa y en alta definición, siempre y cuando los pueblos oprimidos no jueguen en el turno de las 8.30 de la mañana.
Salud
León!
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